sábado, 29 de noviembre de 2014


La vigilia de la razón


Boas, ríos, pájaros con cuerpos de hombres, árboles produciendo todas las frutas, piñas, mangos, chontaduros, dioses en forma de sol, de gavilanes, lunas celosas de la belleza de la india que se baña en el alba, hormigas caníbales entonando el canto de los espíritus de las plantas de los dioses, abejas zumbando como mensajeras del otro mundo, hombres convertidos en dioses y dioses castigados en cuerpos de hombres, serpientes devoradoras de pueblos y fundadoras de mundos, una abuela tejiendo constelaciones, hombres bailando noches enteras conjurando la lluvia, hermanos gemelos separados al nacer y convertidos en enemigos mortales, las mujeres tentadoras y diosas sobrenaturales, vientres de serpientes llenos de catacumbas, rompimientos y duelos, héroes guerreros diezmados por el amor, chamanes y santos convertidos en déspotas tiranos, hombres que alucinan o sueñan o viven que están virándose en jaguares, dantas, caimanes...

La invención de lo sobrenatural trasciende las culturas y cada una se encarga de crear sus propios monstruos. El sueño de la razón crea monstruos, dijo Goya angustiado por la crueldad de la guerra. Me permito cambiar el sentido de la frase de Goya para decir que, en el sentido de las cosmogonías amerindias, el mito es el sueño colectivo; el mito va creándose lentamente en largas y monótonas centurias de estos pueblos milenarios y lejanos.  

Las imágenes de los mitos llegan con una claridad sorprendente. Como todas las grandes creaciones humanas, los mitos se componen más de imágenes que de palabras, son más hecho que idea. Y esas imágenes llegaron también a nuestros niños en formas de tejidos, máscaras, historias, pinturas y canciones. 

A continuación, miren una pequeña síntesis del Dijoma jagagi, poema fundacional de la tribu Minika, ubicada al norte del Departamento del Amazonas, Colombia, hecha por niños de la Institución Educativa América, Medellín:



La siguiente es una muestra de las producciones escritas y artísticas del curso, que fueron registradas por los maestros que asistieron al curso. Espero que las disfruten. 



¿Alguien dijo boas, alguien serpientes?





También surgió la idea de escribir seres imaginarios que salieran de nuestras cabezas, y qué mejor sala de producción que nuestros propios sueños. Así, por ejemplo, salieron los hermosos atrapasueños construidos por los niños los cuales fueron guiados, naturalmente, por una anciana de la comunidad:






Y en cuanto a las máscaras y la representación, la creatividad tampoco estuvo ausente:






Las siguientes producciones se dieron a partir del film Kirikú y la Bruja; si no la han visto, esta es una buena oportunidad: 


Las siguientes producciones fueron realizadas por niños de 4 de primaria:

Esta es una sinopsis perfecta de los principales acontecimientos. 


También se les sugirió a nuestros docentes que pusieran los retos que tenía que cumplir nuestro héroe. 

Este es un hermoso compendio de lo que pasa en el film, ¿no creen?



No está de más una pequeña ubicación geográfica...

¡Qué decir! Verdaderamente hay allí grandes artistas en formación...

Sin palabras...

¿Y qué tal estas?










viernes, 28 de noviembre de 2014


Anáneko, en lengua minika, significa Casa
Anáneko, en este sentido, será La casa de los mundos, nuestras lenguas y cosmogonías. 
Anáneko o de los mundos se pensó como un  espacio de formación que permitiera reivindicar el arte oral indígena como producto cultural vivo y vigente, propiciando un acercamiento social y cultural a los diferentes pueblos que habitan Colombia. 
De algún modo se pensó en articular estos conocimientos con los estándares curriculares de lengua castellana, así como en generar nuevas propuestas de reflexión en cuanto a las maneras de entender las producciones estéticas indígenas y afrodescendientes. 




La siguiente parte del blog muestra la experiencia de aula que se realizó en el curso Un lugar para el arte y la literatura prehispánica impartido a 50 docentes en la Escuela del Maestro dentro del programa liderado por la Universidad de Antioquia y coordinado por el Aula Taller de Lenguaje. En el curso se pretendió hacer un acercamiento a las discusiones que se han venido dando en torno a la divulgación de las lenguas y culturas indígenas, en especial de Colombia, las cuales, vale la pena aclarar, buscan reivindicar el arte oral indígena como producto cultural vivo y vigente. Se quiso aclarar, sin embargo, que la denominación prehispánicas obstaculiza la generación de reflexiones en torno a la labor del docente como mediador del arte indígena, ya que desconoce la vigencia y la vitalidad artística y cultural de estos pueblos milenarios.


Por lo tanto, se pretendió sensibilizar al docente y a través de él a los estudiantes, a las valiosísimas obras de nuestro arte oral indígena que se compone no solo de obras ancestrales sino también de un corpus de obras contemporáneas, pues hay en la actualidad una fuerte dinámica de escritura, divulgación y publicación. 
Asimismo, el curso trató de articular los estándares curriculares de 8 y 9° de bachillerato con estas temáticas, generando actividades prácticas que podrán ser replicadas y mejoradas por los maestros con sus estudiantes en las diferentes instituciones. Con las discusiones en torno al canon y el papel que estas manifestaciones artísticas cumplen se quiso reivindicar un lugar para el conocimiento y la difusión de la tradición oral latinoamericana tanto de fuentes orales como escritas, haciendo posible plantear un panorama histórico desde lo prehispánico hasta la actualidad.
Determinar la importancia de las culturas indígenas y sus producciones implicó preguntarse, primero, cuál ha sido el lugar de las producciones orales y plásticas indígenas en la escuela. Luego, es necesario reflexionar en torno a qué son las literaturas indígenas (oralidad y escritura), cuáles hay (canon), dónde se exponen (mediaciones) y cómo entender la lógica poética de la creación verbal de las culturas orales primarias y secundarias. También si podía hablarse de una literatura indígena colombiana, cuáles son las principales culturas precolombinas y si existe una poesía indígena. Por último, cómo recuperar el patrimonio inmaterial de estas culturas y qué material audiovisual tenemos disponible para implementar en las Instituciones Educativas con los alumnos. 

Las preguntas quedaron como derrotero del curso, procurando generar más que respuestas, inquietudes.  Y quizá, después de haber escuchado cuán peligroso es contar una sola historia, todos sentimos que sin pensarlo caemos en lógicas cerradas y pobres. Los invito a reflexionar sobre una palabra conflictiva y más común de lo que se cree: estereotipar. 


            A propósito de estigmas y apreciaciones parciales, les propuse el siguiente ejercicio de observación. La idea era intentar describir los rostros que pongo a continuación con la mayor cantidad de palabras que se les ocurrieran en 30 segundos. 
  ¿Quieren intentarlo?
 ¡Manos a la obra!

Rostro 1. ¿De quién se trata? Trata de pensar en lo que ves 

Rostro 2. Oye tú, el de la foto, ¿qué quieres comunicar? 
Escribe tus impresiones


Rostro 3. ¿Qué pasa aquí? 

Rostro 4. ¿Y esto?


Rostro 5. ¿Qué piensas?


Rostro 6. ¿Lo has visto alguna vez? ¿Dónde?


Rostro 7. ¿Piensas algo de ella?


Rostro 8. ¿Qué pasa aquí?



Rostro 9. ¿Se te hace conocido? ¿De quién se trata?


Rostro 10. Un jaleo, ¿Qué pasa aquí?


Rostro 11. ¿Qué decir de él? ¿Procedencia, ocupación?


Rostro 12 ¿Qué pasará por su cabeza? ¿Dónde estará?

Muy bien. El primer ejercicio está terminado. La idea ahora es pensar qué pasa cuando conocemos solo una parte de la historia. Qué sucede cuando solo vemos una parte del todo y cuando por omisión dejamos de lado el contexto; cuando sacamos los rostros de su hábitat natural y los miramos con nuestros ojos, tal vez sin esforzarnos y sin intentar ver más allá de la apariencia. 

Ahora, les pongo las imágenes en contexto. ¿No son increíbles?

¿Recuerdan el joven del rostro 1?
Hombres de la tribu de Dassanech, Etiopía. 

Este hombre se estaba preparando para la boda. 
Tribu Drokpa, India. 


Sin palabras...
Tribu Karo, Etiopía. 

¿Quién pudiera hablarte, digna mujer?
Maasai, Tanzania

¿Lo recuerdan? Tribu Korowai, Indonesia. 


Hombres de la tribu Huaorani.
 Ubicada al noroccidente de la Amazonia al oriente de Ecuador. 

Alegra ver una anciana feliz. 
 Tribu Huaorani. 

Un alto dignatario tibetano, China. 

Un vestido especial para la ocasión. 
Tribu Drokpa, India

Jóvenes pamperos, Argentina. 

Hombre de la tribu Tsataan, Mongolia. 

Esta joven es de la tribu Ladakhi, India

Fotografías tomadas de: http://www.beforethey.com/